viernes, 25 de abril de 2008

Matthew Fox by Shangay

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Desde que Matthew Fox apareció en "Perdidos" muchos ya sabemos qué (o a quién) llevarnos a una isla desierta. A algunos nos enamoró como sacrificado primogénito de los Sallinger en ese dramón que era "Cinco en familia", una de las más evidentes pasiones inconfesables de la década de los 90. Un "guilty pleasure" en toda regla, como dirían los anglófilos.

Luego se pasó unos cuantos años condenado al infierno de los telefilmes, pero, cosas de la tele y de los jefes de cásting, terminó protagonizando el capítulo piloto más caro de la historia de la televisión.

Ese trabajillo se convirtió en la serie "Perdidos", considerada una serie de culto... de culto al cuerpo donde se luce mucho palmito pero poca pluma.

Se ha especializado sin quererlo en personajes atormentados pero nuestro admirado Matthew tiene bien claro que lo psicológico se queda en la tele y para la gran pantalla piensa tirar de físico en cintas de acción, que es lo que en verdad le pone como actor.

De guardaespaldas camuflado tras un ceñido uniforme de policía local español en la reciente "En el punto de mira" a villano enfundado en cuero en "Speed racer", la nueva y esperadísima peli de los Wachowski, que buscan repetir el éxito de "Matrix". Mathew Fox es ya una "movie star".

Todo un logro para un chico de rancho que no vio un televisor hasta cumplidos los quince, con razón a esas edades ya estaba más que avanzado en materias como el sexo y las drogas.

En su juventud, tan pronto se hartaba de meter "touchdowns" en el equipo de béisbol como rentabilizaba su cuerpo forjado en el campo para ganarse sus primeros sueldos como modelo; tan pronto se matriculaba en Económicas como las abandonaba para dedicarse a la actuación...

Wall Street se ha perdido al broker que mejor iba a lucir en traje pero el resto del planeta ha ganado a uno de los sex symbol a los que mejor le sientan los cuarenta.

Y es que versátil es la palabra que define a Matthew, aunque para nuestra desgracia no venga con doble sentido.

El "zorro" de Fox, es un hombre casado y padre de familia que, aunque se muestra tímido en las distancias cortas, no consigue disimular tras su impecable fachada un más que probable, o al menos deseable, lado canalla que haga honor a su apellido.Y aunque a estas alturas los espectadores estamos tan perdidos como él entre las imposibles tramas de su serie, a nosotros nos compensa en nuestra puntual cita con el e-mule, o con la televisión de pago, ver lucir tatuajes a este "cowboy" de Wyoming, reconvertido en héroe taciturno en una isla desierta de lo más superpoblada, lo cual no nos extraña teniéndole a él como náufrago.